KOMOREBI GRAVEL RIDE
Adentrándonos en los bosques de Santa Coloma de Farners
Hay lugares a los que no llegaríamos si no fuese por una bicicleta.
Es probable que los bosques por los que pudimos pedalear durante la Komorebi Gravel no los hubiésemos descubierto nunca. Pero sin duda, si algo bueno tiene el ciclismo, y en especial el gravel, es la cantidad de rincones a los que puedes llegar. Muchos de ellos inaccesibles para cualquier otro vehículo, accesibles para una simple bicicleta.
Santa Coloma de Farners como punto de encuentro. Noventa y seis quilómetros y dos mil cien metros de desnivel por delante. Tres puertos destacables. El Subirà por Castanyet, Coll de Nafré desde Osor y Sant Martí Sacalm por el Pantà de Susqueda.
Sobre las nueve de la mañana todos los grupos empezaron a pedalear, tratando de entrar en calor. A primera hora las temperaturas eran bajas. Por suerte, la primera subida no tardaría en llegar.
Un tramo de carretera hasta llegar a Castanyet serviría para darnos cuenta de que el track diseñado por David Matheu tenía muy buena pinta. Empezábamos a adentrarnos en pleno bosque. La luz y los colores de otoño destacaban sobre cualquier otra cosa.
El Subirá
El Subirà, como primera subida del día, fue ideal. Nueve quilómetros al cinco por ciento de media. Un puerto tendido y con terreno muy compacto. De esas subidas agradables en las que se puede conversar e ir comentando lo que venía por delante con los amig@s. Bueno, amig@s dependiendo del ritmo, claro.
Coll de Nafré
Primer puerto coronado.
Todo lo que sube, baja.
Seis quilómetros de descenso húmedo, cruzando ríos y enlazando curvas. Alguna pequeña avería fácil de solventar entre compañeros de ruta y directos a Osor, desde donde subiríamos el segundo puerto del día; Coll de Nafré y sus cuatro quilómetros dos cientos metros con un porcentaje medio del siete por ciento.
Pantá de Susqueda
Nafré no es tan agradable y no permite mucha conversación. Un inicio duro con porcentajes que rondan el diez por ciento. Sirvió para enlazar con el Pantà de Susqueda, donde nos esperaba la subida más exigente del día.
Desgaste.
Seis quilómetros ochocientos metros.
Ocho con tres de porcentaje medio.
Súmale el terreno roto.
Duro. Físico y mental.
Sant Martí Sacalm desde el Pantà de Susqueda.
No era fácil levantar la vista del manillar. Pero si lo hacías, realmente merecía la pena observar, a vista de pájaro, el Pantà de Susqueda y todas las montañas que lo envuelven.
Cada uno a su ritmo pudo sobreponerse a las dificultades del terreno. Al coronar un rápido reagrupamiento, algo de comida para el cuerpo y bajar con precaución a la población de Amer.
Desde Amer hasta Santa Coloma de Farners todo era terreno rodador. Enlazando tramos del Carrilet con otros caminos más favorables, aunque con algún repecho "pestoso". Terreno para poder rodar en grupo, ayudar a los que iban más tocados y hacer amenos los últimos quilómetros.
Todos disfrutamos de un día de gravel en mayúsculas. Con más o menos fatiga, las caras que pudimos ver al llegar a Santa Coloma de Farners eran de felicidad por haber gozado de un recorrido, una compañía y un día de diez.
Solo nos queda agradecer la presencia de todos los que formasteis parte de Komorebi Gravel, a 3T Bikes por prestarnos bicicletas de test para el evento, a la presencia de Brazo de Hierro por inmortalizar todos estos momentos a bordo del buggie conducido por Hector Monegal, a quien también le agradecemos su gran colaboración.
Tenemos ganas de más.
Esperamos que vosotros también.
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Texto: Ismael López